MILEI LO HIZO OTRA VEZ, Y VA POR EL SHOCK

EDITORIAL

Enojo. Hastío. Bronca. Esperanza. Cambio. Pobreza. Indigencia. Inflación. Autoritarismo. Casta. Unitarismo. Corrupción. Antikirchnerismo. Antiperonismo. Antiprogresismo. Planeros. Ñoquis. Todo eso supo canalizar Milei. Y el voto es emocional. Hay un fuerte proceso de derechización en todo el mundo debido a la crisis del capitalismo y las sociedades empobrecidas. En nuestra editorial de septiembre, post PASO y titulada “Milei lo hizo”, habíamos adelantado el posible desenlace final de las elecciones nacionales. Pero no habíamos visto todavía la película de octubre, que posibilitó el ballotage Massa/Milei , y que terminó de erosionar internamente a Juntos por el Cambio. Pero el proceso de despolarización y grieta terminada que imaginamos en ese momento, ya no está tan claro debido al fuerte corrimiento hacia la ultraderecha del ala dura cambiemita liderada por el binomio Macri/Bullrich. En este sentido, el macrismo le aportó a Milei los votos necesarios para llegar de forma contundente a la presidencia, siendo el más votado desde la vuelta a la democracia. Y seguramente le aportará gran parte de sus equipos técnicos, que ya estuvieron en 2015/19. Fue tan grande el aluvión de votos en todo el país -incluida la Pcia. de Buenos Aires- que Milei no necesitaba de Cordoba para ser Presidente, aunque obtuvo un rotundo 75% a nivel provincial con un pico del 77,5% en el dpto. Río Primero. Por otro lado, los debates presidenciales lo posicionaron a Schiaretti como el peronista no kirchnerista con mejor imagen de todo el país, por lo que está por verse si decide encabezar la reconstrucción nacional del peronismo, o si decide transferir el capital político del “cordobesismo” y el “federalismo” al gobernador electo Martin Llaryora. En Buenos Aires, Kicillof quedó aislado como el único jugador de peso que quedó en pie del kirchnerismo. También es la primera vez que la Nación y las principales provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, no comparten signo político. Incluso los intendentes y gobernadores, son los que le deberán garantizar la gobernabilidad a Milei, que asumirá con el Congreso más pluralista de toda la historia, hasta por lo menos el 2025.
Mirando la transición gubernamental, será difícil que el fantasmagórico Alberto Fernandez acepte el pedido de Milei de impulsar un fuerte proceso devaluatorio antes de entregar el mando. El atraso cambiario es del 40% según el FMI, y a eso hay que agregarle la quita de subsidios a las tarifas. El libertario ya adelantó que no hay lugar para el gradualismo, por lo tanto aplicará una política de shock, achicara el Estado, y le echara la culpa al Gobierno saliente por la herencia recibida, que fue todo lo que le pedían los votantes amarillos a Macri en 2016. Milei buscará aprovechar el aval mayoritario de la sociedad durante el verano, sabiendo que la suba del dólar y el sinceramiento tarifario vendrán con alta inflación, suba de precios, y pérdida de poder adquisitivo en jubilados y sectores más vulnerables. Buscará tener en abril una caja extra de 30 mil millones de dólares, producto de la privatización de YPF que vuela en Nueva York, ya que el campo hoy no está en condiciones de ayudarlo por la  mala cosecha del ciclo pasado. El nuevo mandatario sabe que si primero no equilibra las cuentas fiscales, no podrá dolarizar , ni eliminar retenciones al agro, ni cerrar el Banco Central, ni terminar con la inflación en 24 meses. El tiempo dirá si Milei es héroe o villano. Por ahora solo nos queda ajustarnos fuerte a los cinturones.

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