El maíz es el cereal con mejores proyecciones, en tanto que lo soja sigue con variables que la impulsan a la baja.
Un inventario global que se encuentra en su nivel más bajo en los últimos diez años, junto con una relación stock/consumo reducida, y una menor producción en nuestro país, son factores que contribuyen a que el precio del maíz siga en aumento. Así lo indica el último reporte el Departamento de Economía de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
Por otro lado, la soja presenta una cosecha récord en Brasil, otro máximo histórico en la oferta dentro del Mercosur y un stock de los más altos en la historia, lo que sigue generando una disminución en su precio. Esto un contexto de un conflicto comercial arancelario por las disposiciones del gobierno de Trump en los Estados Unidos, a productos de China, Canadá y México, y las represalias.

Maíz
Para la campaña 2024/25, la CONAB proyecta una producción de maíz en Brasil de 122,7 millones de toneladas, lo que representaría un aumento del 6% en comparación con lo alcanzado en el ciclo 2023/24 (115,6 millones de toneladas).
La producción de safrinha para esta campaña se estima en 95,5 millones de toneladas, convirtiéndose en la segunda más alta de la historia de Brasil, superando en 5,2 millones de toneladas la cosecha del ciclo anterior (90,2 millones de toneladas). A partir de este punto, las condiciones climáticas que impacten el desarrollo del ciclo productivo del safrinha serán un factor clave que sumará volatilidad al mercado.
Soja
Según la Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB), la producción de soja en Brasil alcanzaría los 167,3 millones de toneladas durante la campaña 2024/25, lo que implicaría un aumento del 13,3% en relación con el ciclo 2023/24.
En Argentina, la estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario sitúa la producción de soja en 46,5 millones de toneladas para la campaña 2024/25, lo que representaría una disminución de 3,5 millones de toneladas respecto al ciclo anterior (50 millones de toneladas).
En cuanto a la demanda mundial, China es el principal actor, ya que sus importaciones representan alrededor del 60% de las compras globales de soja. Este dato es relevante al considerar la presión que la demanda china podría ejercer sobre el mercado internacional, afectando así los precios de la oleaginosa, según el informe.