El encuentro entre el ministro Luis Caputo con los presidentes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA), y Coninagro, será el 6 de febrero y los técnicos de las cuatro entidades preparan los números a discutir. Una de las alternativas barajadas off the record, propone bajar 5 puntos las retenciones de trigo y de maíz, 8 puntos las retenciones a la soja, y llevar a 0 las retenciones de carne bovina y porcina. Las retenciones es el tema del momento, por eso los gobernadores Llaryora, Pullaro y Frigerio se pusieron al frente del reclamo en la región centro. Tampoco genera sorpresa la cantidad de girasol que se ve al costado de las rutas, debido a que la oleaginosa paga un 7% de retenciones vía exportación, como los campos que se están cultivando con maní en el norte cordobés o en plena provincia de Buenos Aires, ya que los derechos de exportación son nulos. Si no hay plan de desarrollo productivo desde un Gobierno nacional al que solo le importa la macro, los productores comienzan por sí solos a cambiar el mapa de cultivos en cada región de nuestro país.
De hecho, en el primer año de la gestión Milei, la mayoría de los productos agropecuarios se ubicaron por debajo de la inflación medida por el INDEC que fue del 118% en 2024. Solo un producto (la leche fluida) subió más arriba del promedio de los precios de la economía, acumulando un 137%. Tal cual lo venimos diciendo en esta columna, el tambo está viviendo un momento histórico, de viento favorable en materia del precio pagado en tranquera. Volviendo a los demás productos, todos los cortes de carne vacuna que mide el INDEC subieron en torno al 72%, o sea que están retrasados en un 40%. La harina de trigo y el aceite de girasol, también aumentaron un 70%. Un escalón más arriba aparecen la carne de pollo y los huevos, que subieron el año pasado entre 90 y 100%, pero también se ubicaron por debajo de la inflación anual. Para los agricultores, luego de la devaluación en el arranque del gobierno de Milei, el precio del trigo en pesos tuvo una modesta suba del 10% (es decir que subió 10 veces menos de lo que aumentó el pan francés), en tanto que el maíz marcó una suba de sólo 25% y la soja de apenas un 6%. Queda claro con estos números que no fueron los alimentos los que empujaron la inflación. Cabe recordar que los precios internacionales de los principales commodities agrícolas entraron en un tobogán descendente a mediados del 2022. En soja el poder de compra en dólares se ajustó un 30% en sólo dos años, y ya se está hablando de los peores precios de los últimos 25 años. En los próximos días veremos realmente qué rol le asigna Milei al papel del Estado, que es el mayor recaudador de impuestos en el sector agropecuario. Y también sabremos si las promesas de campaña, no cayeron en saco roto. Por ahora el campo no ahorca, pero ya aprieta.
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