Algo cambió después de las PASO.Milei lo hizo. Como lo hizo un tal Menem en la década del 90. Basta con observar la notoriedad que Cavallo vuelve a tener en el círculo rojo. Se ve que la memoria es traicionera. La medición de la intención de voto, falló una vez más, y los ciudadanos se le rieron en la cara a los encuestadores. Nadie lo votó, pero ganó. Deja vu noventoso. Lo único cierto es que gran parte de la sociedad fustigó con el voto a los partidos tradicionales enrolados en diferentes coaliciones. El egoísmo, las luchas de poder y las internas, fagocitaron al oficialismo y la oposición mayoritaria, mientras que otras expresiones fueron “chupadas” por la polarización de los tres tercios . Y el león creció en silencio pese a no tener presencia en los medios tradicionales. No le hizo falta recorrer el país para ganar en los lugares más impensados. Su imagen se construyó bajo el calor de las redes sociales. Es un rockstar, admirador del premio Nobel Milton Friedman, pero con conductas y expresiones repudiables que nos hacen recordar los peores modos de Trump y Bolsonaro. Milei obtuvo la mayor cantidad de votos en el nivel socioeconómico más bajo, lo que demuestra el hartazgo de los que no llegan a fin de mes, y son golpeados una y otra vez, crisis tras crisis. Pero no nos engañemos. Al león libertario lo votaron los desencantados de la política, los jóvenes que nacieron en el nuevo milenio, los críticos de la “casta”, pero también lo votaron liberales, radicales, peronistas, kirchneristas, y progresistas. Lo votaron empresarios, comerciantes, emprendedores y desocupados, empleados públicos y del sector privado. Milei representó el famoso voto bronca, que enarbolo un mensaje duro en las urnas para la dirigencia de nuestro país. El fuerte tirón de orejas no fue solo para la política, sino también para la dirigencia empresaria, sindical y social. A 40 años de haber recuperado la democracia, fuimos testigos de un sismo institucional inédito. Y si esto no se comprende a tiempo, un payasesco outsider gobernará los destinos de nuestro país, con recetas que serán muy dolorosas para gran parte de los argentinos, salvo para sectores de la economía que se mueven en dólares y exportan. Lo que es muy bueno para unos pocos, no será bueno para la mayoría, y el conflicto social estará a la vuelta de la esquina. Pero algo cambió después de las PASO. Decenas de economistas, intelectuales y dirigentes políticos que tienen posiciones opuestas, se unieron para mostrar su rechazo y preocupación frente a un gobierno libertario. Milei lo hizo. Indudablemente ha empezado un proceso de despolarización, de final de época, de grieta terminada, de cierre de bipolaridad kirchnerismo/macrismo. Y necesariamente pasaremos a un escenario de acuerdos y consensos, que será liderado por una nueva generación de gobernadores del interior, que deberán dejar de lado las ideologías partidarias para sacarnos de la zona de descenso directo. Nadie puede saber a ciencia cierta qué pasará el 22 de octubre, pero hacia adelante cobra un fuerte sentido la parte final del poema “Buenos Aires” de Jorge Luis Borges: “No nos une el amor, sino el espanto”. Milei lo hizo.
2023-09-22